LA MENTIRA
“La mentira, piadosa o cruel, está
instalada en nuestro código genético.
Es una segunda piel que resulta
imprescindible para sobrevivir”
JMAV
Nunca es piadosa...La mentira duele…y
mancha…en un instante todo es rojo. La
mentira te deja pegajosa y absurda, en carne viva, manchada de rojo, te deja
toda risible, perdida, enmarañada, aniñada….y los perros viejos se olvidan,
orgullosos de ganar regalos, y se ríen con dientes afilados y amarillos,
como narcisos, de las niñas mentidas.
Se ríen y hasta se les vuelve a poner dura ante semejantes
ojos tan niños,
tan de par en par, pero al final ellos siempre sobreviven, pase lo
que pase, y se cuentan que casi nada importa...¿y casi nadie?
¡¡¡Ale calla ya…y deja de molestar con tus ojos y tu
dolor!!!
¿Qué querías? ¿Besarme el alma? ¿Mirarla?
Se ríen...
¡¡¡Crece niña, ya no me acuerdo de tus ojos, no los quiero volver
a mirar!!!!
Se olvidan...
Los perros viejos se olvidan y se ríen con dientes afilados y
amarillos como narcisos…para sobrevivir
Los perros viejos mienten y
se mienten…para sobrevivir
Se inventan historias…para sobrevivir
Los perros viejos ya no saben hacer otra cosa que sobrevivir
Quizás los perros viejos un día fueron niños mentidos, perdidos, engañados,
enmarañados, dolidos y les dejaron risibles y manchados de rojo y en carne viva, y entonces
se hicieron una segunda piel, se hicieron perros y se hicieron viejos, porque
nadie les besó de verdad el alma, nadie les enseñó a vivir.
Pero a mí todavía me queda toda la vida para vivir por delante